martes, 18 de febrero de 2014

Un siglo de vida

Mi abuela va a tener un siglo de vida.
Quién dice que se fue?
Yo no la vi morir, solo
dejé de verla.
Es el único sentido suyo que perdí.

Vive. Tiene de nombre un canto rodado.
De tanto rodar de boca en boca de la gente
ese nombre, que hoy parece mío,
fue perdiendo letras por la forma del camino.
Aró el amor por la tierra sin parar, como algunos estribillos.
Perdió una e y una t, pero no sufrió por ello. O lo hacía sonriendo.

Más o menos letras, aquí todo sigue igual,
los viejos tiempos, la novedad,
la casa pero vacía,
la ropa pero sin tacto,
la foto de los abuelos sin saber a quién mirar,
la cama
que ya no puede dormir.

Todo sigue en el mismo lugar,
como la espera,
salvo los pájaros que van cambiando de día.

La abuela, todo un siglo,
fue la primera en nacer. Con ella nacieron mis ganas de ser.
Se hizo fuerte y comadrona:
asistió a los partos de sus 17 hermanos.
Dónde figura ese oficio de Dorinda niña,
dónde vive la historia que queda en casa
cuando otros la habitan? Guarda el aire familiar?

Miras al horizonte como a la casa perdida,
como si posases para la foto
que te harán.
El pasado es siempre una pregunta.
Eres tú? Te ha cambiado el tiempo de lugar?

Quizá alguien más que yo vive
con mi abuela,
pensando en subir las escaleras de casa de dos en dos
cantando, comiendo pan.
y toca aún con la voz su nombre que rueda y rueda,
y casi la oye decir Quen fora paxariño!

Y casi la ve volar.

La golondrina trepará en la oscuridad.Se hará la luz.
Vendrá a llamarte por tu nombre. Será otra cuando vuelva?

Vuela la abuela hacia el quevendrá,
quizá en busca de otro niño al que nacer.
La abuela Dorinda fue matrona.
La he visto en las palabras de mi madre
mojándose las manos en la fuente de la vida de la que vengo yo.

Aquí sigue el cordón umbilical
Aquí la memoria como un nombre
que no deja de rodar.
El de la niña matrona que fui en los años 20
que pronto cumplirá un siglo de vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario